El día que aprendí a temerle al dinero
- Katheryne J. Robles

- 20 oct
- 2 Min. de lectura
Diario de una Consteladora - Katheryne J. Robles

Era muy pequeña. No recuerdo mi edad exacta, pero sí el instante como si hubiera pasado ayer.
Llegamos a casa después de salir, y mis padres vieron desde lejos que la ventana del segundo piso estaba forzada. Sus rostros cambiaron de inmediato: se pusieron pálidos.
Mi mamá subió corriendo a su habitación. Desde arriba gritó el nombre de mi papá entre sollozos. Él me pidió que me quedara donde estaba y corrió tras ella.
Pero yo, como la niña curiosa que era, subí despacio… y los escuché culparse el uno al otro.
Les habían ROBADO todos sus ahorros.
Sentí MIEDO.
Mis héroes… estaban heridos y débiles.
El dinero les había hecho daño.
Desde entonces, algo cambió en mí.
Me sentía culpable de pedirles dinero, incluso para lo necesario. En la universidad hacía malabares para que me alcanzara lo que me daban y evitaba pedir más.
El eco en mi vida ADULTA
El miedo NO se fue. Solo CAMBIÓ DE FORMA.
De adulta, me ponía nerviosa al ver dinero ajeno, como si fueran a pensar que yo me lo iba a robar.
Si las cuentas no cuadraban, mi cuerpo entraba en pánico: una vez, trabajando como vendedora, no cuadró la caja y empecé a temblar.
Todo se solucionó… pero el miedo quedó.
Vivía en alerta constante.
Desconfiaba de cualquiera que se cruzara conmigo en la calle, con un ojo siempre puesto en proteger lo poco que tenía.
Y había una frase oculta que gobernaba mis decisiones:
“No tengas mucho, porque si tienes mucho, te lo roban”
Esa herida me mantenía en ESCASEZ. No me faltaba para comer, pero nunca me sobraba.
Incluso llegué a endeudarme.
COMPRENSIÓN SISTÉMICA
Con las constelaciones familiares entendí que el DINERO no lastimó a mis padres.
No era “malo”
La pérdida que ellos vivieron NO era un castigo del dinero… sino una forma de COMPENSAR un daño que no se había sanado en el pasado.
En los sistemas familiares, las pérdidas económicas del presente muchas veces son lealtades invisibles:
El alma de los descendientes PAGA CON DINERO por daños o injusticias que cometieron los antepasados.
La pérdida de mis padres fue por LEALTAD.
Y yo, sin saberlo, estaba REPITIENDO.
SANAR mi relación con el dinero fue reconocer que podía tenerlo sin miedo, que NO necesitaba vivir en escasez para ser LEAL a mi familia, y que podía HONRAR a mis padres de otra manera.
Tengo otro ejercicio sanador para ustedes, donde podrán comenzar a romper la lealtad que los une con la escasez, descárgalo aquí.

A veces son imágenes silenciosas que se quedan grabadas para siempre.
Y si no las miramos, gobiernan nuestras decisiones sin que lo sepamos.
En el Pack Sanar para Prosperar trabajamos a fondo las lealtades familiares y el vínculo con el dinero, para que puedas soltar la escasez heredada y abrirte a la abundancia.
Y si quieres mirar directamente tu historia, puedes constelarla en una sesión individual.

Y recuerda:
Lo que se ordena adentro, florece afuera.


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